Tu cuerpo no es el mismo a los 20, a los 30 o a los 50... y tus necesidades y prioridades tampoco lo son. Es hora de entrenar y nutrirte en sintonía con él.

Puedo decir que mi camino para ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida comenzó en 2009 con la apertura de mi estudio de entrenamiento individualizado y mejora de hábitos. A partir de ahí, vi que las mujeres, debido a nuestra fisiología y a las demandas que afrontamos en las primeras etapas de la maternidad, necesitamos un abordaje más específico.

Años después y muchas vueltas de la vida, di a luz a mi hija en plena pandemia (2020). Con un parto largo y complicado, tuve que poner en práctica en mí misma todos los años de estudio y experiencia en recuperación posparto. Convertirme en mamá no solo supuso un reto físico, sino una transformación interna que cambió por completo mis prioridades y la forma en cómo quería vivir mi vida.

A partir de la maternidad, comencé a sentir el peso de intentar hacerlo todo: trabajar rindiendo al máximo, cuidar de mi hija y, en medio, encontrar un espacio para dedicarme a mi autocuidado.

En todos estos años, he aprendido que la clave no está en seguir métodos genéricos, sino en escuchar y analizar en profundidad lo que nuestro cuerpo nos dice y actuar en consecuencia.

Y fue así, junto con un trabajo intenso de desarrollo personal, que descubrí mi misión: estoy aquí porque me encanta aprender y compartir mi conocimiento. Por un lado, esto lo hago a través de mis consultas y programas para mujeres que quieren recuperar o mejorar su salud y su forma física y que, se sienten abrumadas por un exceso de información o por consejos que prometen resultados rápidos que no se adaptan a su vida real.

Por otro lado, formo a educadoras físico-deportivas y profesionales de la nutrición, para aplicar lo último en evidencia y práctica clínica en ejercicio y nutrición para mujeres.

Por último, debes saber que conmigo no encontrarás fórmulas mágicas ni dietas restrictivas para siempre. Mi enfoque se basa en la ciencia, en el estudio y en la empatía (con un toque de espiritualidad); y, por supuesto, en la experiencia de haber trabajo con centenares de mujeres que parecen haberlo intentado todo sin ver resultados.

Quiero inspirarte a que descubras un plan personalizado, que se adapte a tus necesidades, que respete tus ritmos y te ayude a recuperar la energía para disfrutar de cada momento, sin sacrificar lo que realmente te importa.

Si sientes que te falta claridad en cómo mejorar tu situación y empezar a trabajar en sintonía con tu cuerpo, estás en el lugar correcto. Estoy aquí para guiarte, para recordarte que mereces cuidarte, y para mostrarte que, con el enfoque adecuado, puedes transformar tu situación sin agobiarte.

Bienvenida a un camino donde cuidarte se convierte en el primer paso para vivir plenamente. ¡Vamos a por ello!